Salud física y mental

RECOMENDACIONES PSICOLOGICAS PARA AFRONTAR LA PANDEMIA

La situación vinculada con la pandemia actual por COVID-19 es un estresor que puede incidir y/o afectar la calidad de vida y el estado emocional de la población general ya que nos presenta ante un escenario desconocido y amenazante.

Algunas de las emociones que podemos estar sintiendo ante esta situación son: angustia, miedo, enojo, frustración, desorganización, aburrimiento, tristeza, ansiedad, entre otros. Cabe destacar que es esperable que alguno o varios de estos sentimientos y afectos surjan en este período. Es importante reconocerlos y poder hablar de ellos con otros.

También puede ocurrir que estos mismos afectos se presenten de una manera desbordante e irracional, persistan en el tiempo y afecten a la vida cotidiana generando inhibiciones o malestares que el sujeto no pueda resolver por sí mismo. En esos casos es necesario realizar consulta pertinente y oportuna con profesional de salud mental (psicólogo, psiquiatra).

Recomendaciones:

Cuidados de salud: adoptar las medidas recomendadas y necesarias de prevención y autocuidado físico y psíquico, para con uno y los demás, que recomiendan las autoridades sanitarias. Esto nos coloca en una posición activa ante tanta incertidumbre.

Mantener y reforzar hábitos saludables: aceptar sentimientos y afectos y poder hablar de ellos, intentar rutinas de horarios de vigilia y sueño, sostener una alimentación saludable, realizar algún tipo de actividad física posible, busque ayuda en caso de necesitarla.

Manejo de la información: mantenerse adecuadamente informado intentando evitar la sobreinformación con el constante consumo de material no contrastado en diferentes medios como tv, telefonía, redes, etc.). Esto aumenta la sensación de riesgo, más allá del real. Anoticiarse y resolver dudas mediante canales oficiales (Ministerio de Salud, OMS, UNICEF, etc.).

Armado de nueva cotidianeidad: posibilitar nuevas y flexibles rutinas que permitan cierta organización, dentro de un momento donde prima el caos. Esto generará sensación de previsibilidad en cuestiones que están a nuestro alcance gestionar y resolver. Buscar concretar actividades o situaciones que generen bienestar y/o satisfacción; mantener comunicación y contacto social apelando a las nuevas tecnologías; propiciar momentos lúdicos o de distracción diarios; evitar sobreexigencias para las cuales no contamos con la disponibilidad ni el escenario necesarios; apelar a la creatividad.